Este febrero cumplo 2 años desde que me inicié en el mundo de la cerámica.
Ha sido un camino muy bonito de crecimiento y aprendizajes. He desarrollado mucho mejor las distintas técnicas artísticas pero también he aprendido muchas cosas a nivel personal.
Por eso me gustaría contarte un poco sobre esos aprendizajes personales que me ha ido dejando este camino.
- La creatividad también es desapego y dejar ir.
Los procesos de creación no siempre salen bien. En la cerámica a veces invertimos un par de horas creando una pieza y al final puede que esta pieza se agriete en alguna parte del proceso, o puede que simplemente el resultado final no sea como lo esperamos.
Pero así es la creatividad, es mucho ensayo y error. Parte de lo que nos hace crecer es dejar ir aquellas cosas que no funcionaron sin aferrarnos tanto a ellas, para así darle paso a nuevos procesos.
Que los errores nos sirvan de aprendizaje para seguir impulsando lo que queremos crear más adelante.
- Los procesos son importantes.
Cuando empiezas a aprender sobre el oficio de la cerámica te das cuenta de la importancia que tiene respetar el proceso de una pieza. Cada etapa es importante y generalmente cuando intentas saltarte una fase o acelerar el proceso las piezas terminan saliendo mal.
Llevándolo a la vida cotidiana, nuestros procesos también son importantes. Cada uno de nosotros tiene un ritmo diferente y pasamos por etapas distintas, abrazar ese proceso personal nos hace valorar más el camino que estamos recorriendo en vez de solo enfocarnos en la meta final.
- La paciencia se desarrolla.
La cerámica es un oficio relacionado a la paciencia. Implica invertir un tiempo para el modelado de la pieza, luego un tiempo para el secado, posteriormente para las quemas y el esmaltado. Además, en ocasiones es necesario esperar entre etapas para poder realizar ciertos arreglos o implementar algunas cosas.
Todo eso se traduce en un constante trabajo de la paciencia que se desarrolla para poder esperar el producto final.
Me gusta pensar que, así como se desarrolla esta habilidad para el oficio de la cerámica, también se desarrolla para las otras áreas de nuestra vida. Entendiendo que a veces tenemos que ser pacientes para lograr el resultado de aquello que queremos.
- La incertidumbre es parte del proceso y de la vida.
Después de trabajar un tiempo con la cerámica se hace un poco más fácil sistematizar ciertos procesos para que las piezas tengan el resultado final que queremos.
Sin embargo, este oficio tiene ciertas cosas que a veces se salen de nuestro control, así que siempre hay cierta incertidumbre sobre cómo será el resultado final de nuestras piezas.
Elementos como la temperatura, la humedad, el secado, las quemas en los hornos cerámicos e incluso los esmaltes pueden tener variaciones que a veces no podemos controlar y que pueden ocasionar que el resultado sea diferente.
Creo que la incertidumbre es una emoción que muchas veces está presente en la creación, así como sucede también en la vida ante aquellas cosas que no podemos controlar.
- La creatividad también es desapego y dejar ir.
Los procesos de creación no siempre salen bien. En la cerámica a veces invertimos un par de horas creando una pieza y al final puede que esta pieza se agriete en alguna parte del proceso, o puede que simplemente el resultado final no sea como lo esperamos.
Pero así es la creatividad, es mucho ensayo y error. Parte de lo que nos hace crecer es dejar ir aquellas cosas que no funcionaron sin aferrarnos tanto a ellas, para así darle paso a nuevos procesos.
Que los errores nos sirvan de aprendizaje para seguir impulsando lo que queremos crear más adelante.
Me parece muy bonito cómo el arte nos ayuda a crecer de manera personal. Trabajar un oficio o una actividad artística nos entrega herramientas para conocernos mejor en distintas áreas de la vida.
El arte es terapéutico, nos permite exteriorizar nuestro mundo interior y resignificarlo a través de la creación.
¿Y tú tienes alguna actividad artística a la cuál puedas recurrir?